martes, 11 de febrero de 2014

Capítulo 2: Casualidades Inesperadas

Al día siguiente, una lluvia fría sorprendió a todos. Paula no se separaba de su libro de poemas y hoy no era una excepción, fue directo a una cafetería cerca de la tienda de regalos, donde planeaba reunirse con sus amigas. Tomo asiento para esperar, mientras leía más páginas de su libro. Para su sorpresa se acerco un joven, vestido totalmente de blanco solo una franja roja que bajaba por su hombro derecho que resaltaba de su conjunto y de ánimo caballeroso y cortés, le pregunto

- ¿Me puedo sentar? - Paula respondió cuando encontró su rostro con la mirada
- Únicamente por uno momento - no sabía que mas decir a un chico tan atractivo - Pronto llegaran mis amigas
- Ésta bien - mientras tomaba la silla junto a Paula. Ella se ruborizo - Yo leí ese libro de poemas hace mucho tiempo - el joven quería una conversación pero Paula se había perdido en sus ojos de color café oscuro. Estaba atrapada - Entre la multitud me perdí, pero a la distancia vi tu rostro, tu mirada me guío y en ella, volví a perderme.

- Disculpa - Parecía que había escuchado los pensamientos de Paula, esos donde ella se sentía cálida y protegida al lado de ese desconocido
- Poema de la página 43 - señalando el libro en las manos de la joven - te dije que había leído ese libro hace años - mientras los ojos de Paula se llenaban de sorpresa
- ¿Cuál es tu nombre? - fue lo primero que se le ocurrió preguntar
- Valentín, mi nombre es Valentín - mientras daba un trago al café que tenía en las manos y que, para Paula, había aparecido por arte de magia
 - Nunca te había visto - continuaba el interrogatorio - es una ciudad tan pequeña, todos nos conocemos, así que supongo que vienes de otro lado
- Acabo de llegar, pero no estaré mucho tiempo - mientras dejaba vacio su taza de café - mi fecha límite es el próximo viernes, es cuando las razones que me trajeron aquí - dudo en terminar la frase - creo que vienen tus amigas - dejo la tasa sobre la mesa y se acerco a pagar por ella en la caja.

Las amigas de Paula se acercaron a saludarla mientras ella seguía viendo al desconocido, éste se acerco para despedirse de su nueva amiga - Fue un gusto platicar contigo Paula - y se fue por el otro lado de la calle, desapareciendo en la esquina

El café de Paula se había enfriado, sus amigas no dejaban de hacer esas miradas, las que solo hacen cuando alguien guapo esta con una de tus amigas. Ellas solicitaron toda la conversación, con cada detalle
- Pues su nombre es Valentín - Lo que Paula no se dio cuenta fue que a dos mesas de ella estaba Luis, con su hermana platicando de la sorpresa para su esposo. Cuando la hermana se fue al baño, Luis solo dijo

- Así que su nombre es Valentín - mientras parecía que ardía por dentro y deseaba romper la tasa con los dientes

Capítulo 1: Un simple poema

Cuántas veces no hemos preguntado la existencia de nuestra alma gemela, en algunas ocasiones solo necesitamos que alguien nos señale la senda correcta.

Sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.

Una tierna joven miro la frase escrita en una tarjeta llena de colores y formas de corazón a pocos días de San Valentín, entregándose totalmente al significado de la misma, no se percato del joven del otro lado de la tienda que la apreciaba cálidamente.

Los dos jugaban con los objetos en la tienda, ella buscando el mejor regalo y él buscándola a ella. Era cuestión de tiempo, por las calles solo se miraban globos de todas las formas pero matizados por los colores del mes, rojo, blanco y rosa. Todo te recordaba esa fecha y que, aunque quisieras, no podías escapar de ella, ni tampoco borrarla del calendario.

La chica salió de la tienda con un libro de poemas adornado por una significativa rosa en color blanco. Era muy dulce a su 16 años, con una cabellera castaña oscura que hacia juego con su tez y su cuerpo de adolecente. Era hermosa y Luis estaba totalmente enamorado de ella.

Luis no sabía cómo acercarse, pero tenía la esperanza que la fecha de los enamorados le diera el valor para declarar lo que sentía. De inmediato corrió a buscar el libro que ella había comprado. Paula se fue a sentar al parque frente a la tienda de regalos, buscando un lugar con sombra para leer un poema de amor de su nueva adquisición.

Comenzó a hojearlo buscando uno que la inspirara, mientras Luis, nervioso dejo caer el libro que se abrió, dejando ver uno de los tantos poemas que contenía.

El título de poema era
- Para que el amor llegue - los dos chicos aunque separados, se habían topado con el mismo poema.

Un viento fresco y lleno de paz invadió toda la ciudad. Los dos comenzaron a recitar el poema, parecía un hechizo.

En esta fecha de amor, un ángel se arma con un arco
Y con sus flechas busca que encuentres el amor
Él sabe lo que buscas, y te ayuda a encontrarlo
Solo pide una cosa para los nuevos enamorados
Nunca se olviden, de que Cupido los ha flechado.


Los dos terminaron al mismo tiempo. Un extraño joven con camisa de manga larga roja, cabello oscuro y una cara de niño travieso se detenía frente a la tienda de regalos, mirando como Paula guardaba su libro en le mochila, por el reflejo del vidrio mientras que Luis hacia lo propio colocándolo en el estante de donde lo había tomado.