Cuántas veces no hemos preguntado
la existencia de nuestra alma gemela, en algunas ocasiones solo necesitamos que
alguien nos señale la senda correcta.
Sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los
ojos.
Una
tierna joven miro la frase escrita en una tarjeta llena de colores y formas de corazón
a pocos días de San Valentín, entregándose totalmente al significado de la misma,
no se percato del joven del otro lado de la tienda que la apreciaba
cálidamente.
Los dos
jugaban con los objetos en la tienda, ella buscando el mejor regalo y él buscándola
a ella. Era cuestión de tiempo, por las calles solo se miraban globos de todas las
formas pero matizados por los colores del mes, rojo, blanco y rosa. Todo te
recordaba esa fecha y que, aunque quisieras, no podías escapar de ella, ni tampoco
borrarla del calendario.
La chica
salió de la tienda con un libro de poemas adornado por una significativa rosa
en color blanco. Era muy dulce a su 16 años, con una cabellera castaña oscura
que hacia juego con su tez y su cuerpo de adolecente. Era hermosa y Luis estaba
totalmente enamorado de ella.
Luis no
sabía cómo acercarse, pero tenía la esperanza que la fecha de los enamorados le
diera el valor para declarar lo que sentía. De inmediato corrió a buscar el
libro que ella había comprado. Paula se fue a sentar al parque frente a la
tienda de regalos, buscando un lugar con sombra para leer un poema de amor de
su nueva adquisición.
Comenzó
a hojearlo buscando uno que la inspirara, mientras Luis, nervioso dejo caer el
libro que se abrió, dejando ver uno de los tantos poemas que contenía.
El
título de poema era
- Para
que el amor llegue - los dos chicos aunque separados, se habían topado con el
mismo poema.
Un
viento fresco y lleno de paz invadió toda la ciudad. Los dos comenzaron a
recitar el poema, parecía un hechizo.
En esta
fecha de amor, un ángel se arma con un arco
Y con
sus flechas busca que encuentres el amor
Él sabe
lo que buscas, y te ayuda a encontrarlo
Solo
pide una cosa para los nuevos enamorados
Nunca
se olviden, de que Cupido los ha flechado.
Los dos
terminaron al mismo tiempo. Un extraño joven con camisa de manga larga roja,
cabello oscuro y una cara de niño travieso se detenía frente a la tienda de
regalos, mirando como Paula guardaba su libro en le mochila, por el reflejo del
vidrio mientras que Luis hacia lo propio colocándolo en el estante de donde lo
había tomado.
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